¿Tambores de guerra?

El índice Nikkei de Japón cierra con una caída del 5,65% mientras que Shangai lo hace en un 7,22%. Sigue el temor a una posible recesión en Estados Unidos. Europa y Asia acumulan pérdidas en torno al 5% de media y se espera con temor la apertura de Wall Street hoy a las 15:00 hora española.

El Nikkei, que acumula pérdidas de casi un 10% en solo dos días, llegó a su nivel más bajo desde septiembre de 2005. Pero es que solo ayer Hong Kong perdió un 8% y hubo que suspender las sesiones en Bombay y Seul después de descensos vertiginosos, aunque es cierto que se recuperaron en la reanudación. Singapur, Kuala Lumpur y Bangkok perdían en torno al 4% a media sesión

Todos hablan de recesión en Estados Unidos, de su crisis inmobiliaria y del alto riesgo crediticio que han asumido muchos bancos. Pero, ¿realmente explica esto la salida masiva de dinero de las Bolsas de todo el mundo? Las razones de semejante estampida financiera pueden ser mucho más sencillas: con los candidatos a la presidencia americana diciendo por activa y por pasiva que dejarán Irak en caso de ganar las elecciones, el tradicional tirón que supone para la economía americana movilizar a su ejército (la invasión de Irak en 2003 supuso una subida del 10% del PIB en solo un mes) parece abocado a su fin, por lo menos en este contexto. ¿Realmente saldrán los americanos de Oriente Medio o utilizarán la salida hacia delante? En la actualidad, la sociedad americana percibe la presencia de las tropas en Irak como una guerra de desgaste de solución, otra cosa sería enfrentarse a un enemigo real y en campo abierto como podría ser Irán. La auténtica razón de esta crisis financiera es que en ciertos mentideros ya están sonando los tambores de la guerra. La ironía de todo esto es que, aunque no fuera cierto, la guerra podría ser la solución a los males financieros de la primera economía mundial.

Cierto que cualquier guerra de larga duración se convierte en un enorme desperdicio de recursos que podrían haberse dedicado a incentivar empresas, I+D, mejor educación o pagar la deuda externa, pero en cambio no lo son las guerras rápidas, tipo Kuwait o la propia de Irak en un principio. Es de suponer que hoy día no habrá guerra declarada que dure más de dos meses, por lo menos si EEUU es uno de los bandos contendientes.