sábado, 14 de junio de 2008

El síndrome del "quemado"

Hoy es un día triste para mí. Hacía tiempo que había arrastrado sinsabores con mi empresa pero había aguantado en la esperanza de que el sacrificio compensara la pena. Error. Si no das un puñetazo en la mesa te tratan como a un mueble o a alguien que se conforma. Ya sabéis: " si no protesta mucho es que poco le importa". Si lo das, te echan a los perros, el malo es el que se va.

La política de tierra quemada sigue siendo la práctica habitual de según qué jefes mezquinos. Mientras tanto y para quienes siguen en el barco la actitud es pensar algo así como: "mean sobre uno y hay que decir que llueve" (traducción literal de un famoso refrán gallego). Qué remedio, porque cuando uno vuelve a casa y piensa en todo lo que estás tragando te sientes fatal y en que la vida son otras cosas. Al final y para poder dormir, te consuelas en la esperanza de que en el futuro se apreciará el esfuerzo, la entrega, la dedicación, etc, etc.

Ni mucho menos. Tras nueve años de darlo todo por mi empresa he decidido que ya está bien de aguantar a quien no te valora ni cree en ti. Cierto que quizá en otra no sea mejor pero por lo menos será borrón y cuenta nueva.

En estos términos se expresaba un amigo mío que ha decidido coger la puerta cansado de esperar a que se la señalaran o por su recompensa. Valiente actitud, la vida se la premie.

No hay comentarios: