domingo, 27 de enero de 2008

Chute de dinero en vena


En vista de la auténtica jornada negra que se vivió el lunes en las bolsas de todo el mundo, el martes las autoridades monetarias se pusieron las pilas pero mientras la reserva federal americana bajaba los tipos de interés, el BCE optaba por inyectar liquidez al sistema: 175.500 millones de euros, cantidad que por sí sóla no dice nada pero que supera en seis veces a las cantidades normalmente inyectadas a lo largo de las últimos meses.


Cierto que algunos se habrán enriquecido con los vaivenes bursátiles de la semana, pero pensando en los demás,
el BCE echó un flotador al sistema mediante la subasta de una cantidad de dinero especialmente alta (los más suspicaces podrían pensar que incluso sabían lo del agujero de la Societe Generale francesa). La razón de este proceder es que el incremento de la percepción de riesgo por parte de los bancos, sin duda les llevaría a subir los tipos de interés de los préstamos con todo el riesgo que eso supone para la economía principalmente en forma de caída del consumo y la inversión. El BCE actua así en virtud de su potestad como banco de la banca comercial en la zona Euro con capacidad para tomar depósitos de las entidades comerciales (facilidades de depósito) y a su vez de dar préstamos (facilidades de crédito).

Para frenar el alza en los tipos de interés el BCE ha utilizado la herramienta de la facilidad de crédito para cubrir la demanda de operaciones de múltiples bancos comerciales y por tanto inyectando gran cantidad de liquidez en el sistema. En consecuencia, la demanda de liquidez en los mercados interbancarios desciende y por tanto los bancos que actúan como prestamistas en el mercado bajan los tipos que cobran para poder colocar sus excedentes de tesorería.

A corto plazo, esto permite incrementar las posibilidades de consumo e inversión puesto que la banca se haya en condiciones de conceder muchos préstamos baratos. Como en la economía no hay moneda que no tenga dos caras, lo malo es que, ante la abundancia de dinero y la contención de los tipos de interés, sube la inflación como consecuencia de que el dinero se vuelve abundante en relación con los bienes materiales existentes. Como los sueldos no suben en la misma medida que los precios quienes realmente pagan las consecuencias de que exista dinero abundante son los que menos tienen, más limitados en su poder adquisitivo. Eso sí, los ciudadanos de a pie podrán seguir endeudándose a todo trapo gracias a que los señores bancos no tendrán problemas en concederles préstamos y a un tipo de interés asequible (sin comentarios):

La otra posible consecuencia negativa - la depreciación del euro - como resultado de la huida de dinero hacia otras zonas con tipos de intereses más altos sin duda ha sido calculada. La decisión de la reserva federal norteamericana de bajar los tipos de interés en casi un punto ha hecho que la divisa refugio a la inyección de liquidez no haya sido el dólar (en cuyo caso se habría apreciado el dólar y habría sido insostenible la decisión de inyectar tanta liquidez en el sistema pues subiría la factura del petróleo y la inflación) sino el yen.

Todo esto supone una huida hacia adelante, es decir, un aplazamiento del problema real el cual no es otro que el que el crecimiento de la economía mundial está basado en la especulación y no en la producción de bienes o servicios reales. A corto plazo funcionará pero resulta preocupante que las únicas medidas con las que nos obsequian nuestros dirigentes en tiempos de crisis sea "más madera" para que siga la fiesta consumista. Mientras no descarrile la locomotora...

No hay comentarios: